París. – La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió en su informe anual que la demanda mundial de combustibles marinos —también conocidos como búnkeres— podría estancarse en torno a los 5 millones de barriles diarios (bpd) entre 2024 y 2030, debido a un crecimiento más lento del comercio marítimo y al endurecimiento de las regulaciones ambientales.

Aunque en 2023 las ventas de combustible marino aumentaron debido a las interrupciones en el Mar Rojo, que obligaron a las navieras a tomar rutas más largas y rodear África, la AIE considera que este impulso fue puntual y ligeramente superior a la tendencia.

La demanda adicional alcanzó los 140.000 bpd, según el análisis del organismo.

Un nuevo entorno regulatorio y económico

La ralentización del crecimiento del transporte marítimo global y el aumento de costos operativos están estrechamente ligados al avance de nuevas normativas medioambientales.

En abril de 2025, los Estados miembros de la Organización Marítima Internacional (OMI) —dependiente de Naciones Unidas— acordaron implementar un mecanismo de fijación de precios del carbono, que busca llevar al sector hacia emisiones netas cero en 2050.

El nuevo esquema, aún pendiente de aprobación final en octubre de 2025, obligará a los buques a pagar por sus emisiones de gases de efecto invernadero que superen los límites establecidos, a partir de 2028.

“El transporte marítimo es responsable de mover más del 80% del comercio global y genera cerca del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial”, subraya el informe de la AIE, que advierte que el costo del carbono podría impactar de forma desproporcionada sobre los combustibles convencionales, acelerando así la desconexión entre crecimiento económico y comercio marítimo.