Santo Domingo, RD. – La República Dominicana consolida su posición como uno de los destinos más atractivos de América Latina para la banca internacional y los mercados financieros, respaldada por su solidez macroeconómica y una significativa riqueza minera en explotación.

Uno de los pilares de este atractivo es la mina de oro de Pueblo Viejo, ubicada en la provincia Sánchez Ramírez, una de las más grandes del hemisferio occidental, con reservas estimadas en 15 millones de onzas de oro.

A precios actuales del mercado, que superan los US$3,400 por onza, estas reservas representan un valor superior a US$50 mil millones.

La mina es operada por Barrick Gold (Canadá) y Newmont (Estados Unidos), dos de las compañías más importantes del sector minero global, en un proyecto conjunto que ha sido clave para el desarrollo económico de la nación.

Potencial estratégico y credibilidad internacional

Además de su impacto económico directo a través de exportaciones, empleos e inversión extranjera, la explotación de Pueblo Viejo refuerza la capacidad del país para acceder a crédito internacional en condiciones favorables, al actuar como un activo estratégico de respaldo natural.

Este recurso minero, en explotación desde la época colonial, ha sido modernizado bajo estrictos estándares ambientales y sociales, convirtiéndose en un ejemplo de minería responsable y sostenible en la región.

La combinación de riqueza mineral, estabilidad macroeconómica, crecimiento sostenido y una activa agenda de reformas, posiciona a la República Dominicana como uno de los destinos más confiables para la banca internacional y la inversión extranjera directa en América Latina.