Pekín. – La economía china inició el año con un crecimiento interanual del 5.4% en el primer trimestre, superando las expectativas del mercado, gracias al fortalecimiento del consumo interno, el aumento de la producción industrial y medidas de estímulo adoptadas por el gobierno central.
Sin embargo, las proyecciones anuales indican una posible desaceleración en los próximos meses debido a factores externos e internos que limitan el dinamismo económico.
Diversos organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, estiman que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de China para todo 2025 oscilará entre 4.5% y 4.8%, ligeramente por debajo del objetivo oficial del 5%.
La reciente escalada arancelaria entre Washington y Pekín ha afectado las exportaciones chinas, con aranceles de hasta 145% por parte de EE. UU. y una respuesta de 125% por parte de China, elevando la incertidumbre en los mercados globales.
Crisis del sector inmobiliario: La inversión en bienes raíces continúa en retroceso, afectando la confianza de consumidores y empresas, así como la recaudación de gobiernos locales.
La inflación en China se mantiene baja, con niveles cercanos al 1%, lo cual reduce el margen de acción de la política monetaria expansiva implementada por el Banco Popular de China.
Medidas de estímulo y respuesta económica
El gobierno chino ha intensificado sus esfuerzos para sostener el crecimiento mediante:
La emisión de bonos soberanos especiales para financiar infraestructura y desarrollo regional.
Incentivos al consumo interno, incluyendo subsidios a la compra de bienes duraderos y apoyo a las pequeñas y medianas empresas, al igual que las iniciativas de inversión en tecnología e innovación para impulsar la productividad.
“La economía china sigue mostrando resiliencia, pero la situación global exige prudencia y políticas equilibradas. Nuestro compromiso es garantizar una recuperación sólida y sostenible”, señaló un portavoz del Ministerio de Finanzas.