Ciudad de México. — En un movimiento estratégico de gran envergadura geopolítica y comercial, China está respaldando un ambicioso proyecto marítimo en México que podría posicionarse como una alternativa al Canal de Panamá, dentro del marco de su iniciativa global “Franja y la Ruta”.
El presidente Xi Jinping ha calificado esta obra como el punto de partida de la “Ruta de la Seda marítima del siglo XXI”, una estrategia destinada a fortalecer las conexiones comerciales globales a través de corredores logísticos terrestres y marítimos.
Aunque los detalles específicos del proyecto en territorio mexicano aún no han sido revelados oficialmente, fuentes cercanas apuntan a una infraestructura interoceánica que conectaría el Océano Pacífico con el Atlántico, posiblemente a través del istmo de Tehuantepec.
Esta zona ha sido históricamente considerada como un punto logístico clave por su estrecha geografía y su potencial para convertirse en una vía de tránsito de mercancías entre Asia y América del Norte.
En ese contexto, el apoyo de China podría acelerar significativamente el desarrollo del Corredor Interoceánico del Istmo, que incluye la modernización de ferrocarriles, puertos y parques industriales en el sur de México.
El objetivo de este megaproyecto es ofrecer una ruta logística más rápida y diversificada, en un momento en que las restricciones de tránsito por el Canal de Panamá, agravadas por problemas hídricos, han generado incertidumbre para el comercio marítimo global.
Además de sus implicaciones económicas, este avance refuerza la presencia geoestratégica de China en América Latina, donde ya mantiene inversiones clave en sectores como energía, minería, telecomunicaciones y logística portuaria.
La posible consolidación de esta ruta representa un nuevo capítulo en la competencia por el control de los flujos comerciales globales, desafiando la hegemonía histórica del Canal de Panamá en el comercio interoceánico.