Long Beach, California — El martes 9 de septiembre de 2025, alrededor de las 8:55 a.m., el buque Mississippi sufrió el colapso de unos 67 contenedores mientras estaba atracado en la terminal Pier G del Puerto de Long Beach, uno de los más activos del país.

Algunos de estos contenedores impactaron y dañaron la barcaza antipolución STAX 2, y muchos cayeron al océano, dispersando mercancías como ropa, calzado, electrónicos y muebles —muchos destinados a grandes minoristas como Costco, Target o Walmart, así como a comercios más pequeños— “como resultado del deslizamiento al soltarse las trabas que los aseguraban”

No se reportaron personas lesionadas, pero las operaciones en Pier G quedaron suspendidas inmediatamente. Una coordinación bajo un mandato unificado involucró a la Guardia Costera, bomberos, policía portuaria, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y otros organismos, que implementaron un radio de seguridad de 500 yardas, monitoreo aéreo y emisiones de avisos marítimos regulares.

Hasta ahora, no se han divulgado estimaciones de pérdidas económicas, aunque la cantidad de contenedores afectados sugiere un impacto considerable. Además, eventos como este representan un serio riesgo ambiental, especialmente si mercancías como electrónicos o plástico contaminan los ecosistemas marinos. Según datos globales, entre 350 y 1 500 contenedores se pierden en el mar cada año, y algunos incidentes anteriores han llegado a provocar pérdidas millonarias.

Este evento resalta la fragilidad de los protocolos de seguridad en centros logísticos de alta escala, y subraya la urgencia de reforzar prácticas de estiba y prevención en puertos clave del comercio internacional.