Concepción, Chile.- La Empresa de los Ferrocarriles del Estado, a través de su filial EFE Sur, anunció que el próximo viernes 4 de julio se realizará el cierre definitivo del puente ferroviario sobre el río Biobío, una estructura de 135 años de historia que ha sido símbolo del desarrollo económico y social de la Región del Biobío.

Construido en 1889, el centenario viaducto será reemplazado por una nueva infraestructura moderna, cuya operación parcial se iniciará el 21 de julio, registrando actualmente un avance del 95 % en su construcción.

“Hoy comenzamos a vivir un momento histórico, el periodo de traspaso entre lo que fue nuestra historia ferroviaria por más de un siglo y el nuevo capítulo que empezaremos a escribir”, señaló Nelson Hernández, gerente general de EFE Sur.

El puente actual fue originalmente parte del ramal Concepción–Curanilahue, y desempeñó un rol clave en la conexión entre la capital regional y las zonas mineras de Lota y el puerto de Coronel.

En 1957 se integró a la red sur de EFE, y en 1996 fue reforzado para permitir el paso de trenes de carga más pesados. Su vida útil fue extendida en 2005 por dos décadas adicionales.

Sobre el destino de la estructura saliente, Hernández explicó que se mantendrán las labores de mantenimiento y control, mientras se evalúan alternativas a largo plazo, asegurando que cualquier decisión se tomará de manera dialogada con la comunidad:

“Es un puente que aportó 135 años al desarrollo del sur del Gran Concepción y, por lo tanto, se tendrán todos los resguardos necesarios, esperando que su futuro sea construido en un diálogo que le pertenece a toda la región”, afirmó el ejecutivo.

El nuevo puente ferroviario sobre el Biobío, junto al túnel Chepe, marcará una nueva etapa en la conectividad y modernización del transporte ferroviario en el sur de Chile.

“Con alegría y gran anhelo, comenzamos a dar la bienvenida al nuevo y moderno puente ferroviario Biobío, que marcará nuestra identidad industrial y social por las próximas décadas”, añadió Hernández.

Este hito representa no solo un avance en materia de infraestructura, sino también una transición simbólica entre el legado del pasado y las oportunidades del futuro para la Región del Biobío.