San Salvador.- La producción agrícola de El Salvador se encuentra bajo presión por una combinación de factores estructurales y coyunturales que amenazan la seguridad alimentaria del país.
Entre los principales desafíos se destacan la escasez de mano de obra, el aumento en el costo de insumos y los posibles impactos del clima, particularmente por el fenómeno de La Niña, que podría provocar lluvias intensas.
Los cultivos de granos básicos, como maíz, frijol, sorgo y arroz, podrían experimentar un déficit de producción significativo en el ciclo 2024-2025.
Según datos recientes, la producción apenas alcanzó los 15 millones de quintales, lo que representa un déficit estimado de 9.9 millones de quintales para cubrir la demanda nacional, lo que obligaría a incrementar las importaciones.
En cuanto a la producción pecuaria, aunque los socios de ASILECHE prevén un aumento en la producción de leche y carne para 2025, aún existe incertidumbre sobre si estos niveles serán suficientes para garantizar el abastecimiento interno.
Factores que afectan al sector agrícola
Escasez de mano de obra: La migración rural y la falta de trabajadores agrícolas dificultan la cosecha y el mantenimiento de cultivos.
Altos costos de producción: El encarecimiento de insumos como fertilizantes y semillas ha reducido la capacidad de siembra de muchos productores.
Impactos climáticos: Se teme que La Niña cause lluvias excesivas, afectando los cultivos y especialmente al sector cafetalero.
Respuestas esperadas del Gobierno
Ante este panorama, se espera que el Gobierno de El Salvador adopte medidas concretas para fortalecer el sector agrícola, entre ellas:
Establecimiento de una mesa de diálogo entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y los productores, para diseñar estrategias frente a las crisis agrícolas.
Apoyo financiero y técnico a los agricultores, con especial atención a los pequeños y medianos productores.
Promoción de créditos con seguros climáticos para mitigar los efectos del cambio climático.
Inversión en investigación y desarrollo, especialmente en tecnologías agrícolas y nuevas variedades de cultivos.
Mejora de la infraestructura para la producción, almacenamiento y distribución de alimentos.
«El país enfrenta un escenario desafiante, pero con políticas públicas efectivas y apoyo al productor, es posible garantizar el abastecimiento alimentario y fortalecer la soberanía agrícola», señalaron fuentes del sector.