Santo Domingo, R.D. –. El Gobierno dominicano ha duplicado su gasto militar durante la gestión del presidente Luis Abinader, con un fuerte enfoque en el fortalecimiento de la seguridad en la frontera con Haití.
De acuerdo con cifras oficiales, el presupuesto destinado al sector Defensa pasará de RD$33,221 millones en 2020 a RD$63,900 millones en 2025, lo que representa un aumento de casi el 100 %.
Este crecimiento sostenido responde a la necesidad de reforzar la vigilancia y control fronterizo, en un contexto marcado por la inestabilidad sociopolítica y humanitaria en Haití, y los desafíos crecientes en materia de migración, comercio informal y seguridad nacional.
Asignaciones históricas para las Fuerzas Armadas
Para el año 2025, el Presupuesto General del Estado establece las asignaciones más altas de la historia reciente para las instituciones castrenses: Ministerio de Defensa: RD$20,232 millones, Ejército Nacional: RD$19,490 millones, Armada Dominicana: RD$8,634 millones y la Fuerza Aérea Dominicana: RD$13,723 millones
El Ejército Nacional, responsable directo de la vigilancia terrestre en la frontera, concentra uno de los mayores incrementos, en consonancia con el despliegue de más personal, tecnología y logística en las zonas limítrofes.
Dentro del desglose del Ministerio de Defensa, se destacan RD$4,136 millones para defensa nacional y RD$5,847 millones en actividades centrales, rubros desde los cuales se financian operaciones estratégicas como el muro fronterizo inteligente, los patrullajes mixtos, y la infraestructura militar en puntos críticos del borde con Haití.
Además, el presupuesto contempla más de RD$1,000 millones en educación y capacitación militar, alineado con el objetivo de profesionalizar al personal de las Fuerzas Armadas, especialmente en misiones de vigilancia, derechos humanos y gestión de crisis migratorias.
El Gobierno ha defendido este aumento como una inversión en la estabilidad y soberanía nacional, destacando que la protección de la frontera es esencial para garantizar la paz interna, el control migratorio y el desarrollo económico en las provincias limítrofes.