Washington D.C. – La minería se consolida como un actor estratégico en el desarrollo energético y tecnológico a nivel mundial, al ser fuente esencial de minerales críticos como litio, cobre, cobalto y níquel, indispensables para la transición hacia energías limpias y la implementación de tecnologías de vanguardia.

Así lo señala el reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado “El sector minero como motor del progreso energético y tecnológico: Desafíos y factores habilitantes para la inversión privada y sostenibilidad”.

El estudio enfatiza que América Latina y el Caribe juega un papel protagónico en este escenario, al posicionarse como líder mundial en la producción de materias primas estratégicas.

La región representa una quinta parte de la producción mundial de minerales como oro, estaño, bauxita y zinc; además del 13% del hierro y cerca del 10% del plomo y níquel. De manera destacada, Chile, Perú y México concentran el 40% de la producción global de cobre, un insumo clave para la electrificación, las energías renovables y la movilidad sostenible.

“Sin minería, no hay progreso energético ni tecnológico”, advierte el documento del BID, que también examina los desafíos estructurales y regulatorios que enfrenta la región para atraer inversión privada y avanzar en modelos sostenibles de producción minera.

El informe llama a fortalecer la gobernanza, la innovación, la infraestructura y la sostenibilidad ambiental para que el potencial minero de la región contribuya al crecimiento económico con responsabilidad social y ambiental, al tiempo que apoya los compromisos globales en materia de descarbonización y transición energética.