Por: Dr. Ransis García Sabater
Las tarifas de transporte marítimo internacional, que experimentaron incrementos significativos en 2024 debido a conflictos geopolíticos y desvíos de rutas, muestran señales de estabilización en el primer trimestre del 2025, indicadores como el índice mundial de contenedores los sitúan sobre el 20% por debajo del 2024 aunque la media está un 14% por encima de la anualizada de la última década, condicionantes como la sobrecapacidad de la flota de embarcaciones, el rescate parcial de rutas comerciales clave como el canal de Suez e incrementos de actividad en el Canal de Panamá así como cambios en la estructura del comercio internacional apuntan a una disminución de los fletes. Sin embargo, la incertidumbre persiste debido a nuevos desafíos regulatorios y riesgos geopolíticos emergentes, que podrían afectar la evolución de las tarifas en el mediano y largo plazo.
Desde la crisis generada por la pandemia de COVID-19, el transporte marítimo ha experimentado cambios drásticos. En 2021 y 2022, las tarifas alcanzaron niveles récord debido a la escasez de contenedores, congestión portuaria y un repunte explosivo de la demanda de bienes. Sin embargo, en 2023 y 2024, factores como la inflación global, el ajuste en los patrones de consumo y el crecimiento de la flota mundial provocaron una caída progresiva de los fletes.
Precisamente y en adición a esto vimos como el año 2024 estuvo marcado por fluctuaciones significativas, impulsadas por la inestabilidad en el mar Rojo y el cambio en las rutas comerciales. Las principales navieras, como Maersk y MSC, para citar algunas, enfrentaron costos operativos altos debido al desvío de buques alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que encareció los fletes, especialmente en las rutas Asia-Europa.
Se ha evidenciado que a comienzos del 2025, la propensión comenzó a revertirse. La nivelación de los flujos comerciales y la reducción de la demanda en mercados clave han contribuido a una disminución de las tarifas, aunque no negaremos que persisten desafíos estructurales que podrían generar nuevas alzas.
Para ser más precisos vamos a analizar los principales factores que impactan la evolución de los fletes en 2025
- Sobrecapacidad de flotas
Uno de los factores de mayor relevancia en este contexto en la reducción de los fletes es el incremento de la capacidad mundial de transporte marítimo. Se estima que en 2025 la capacidad total de la flota alcanzará los 32.7 millones de TEUs (Unidades contenerizados equivalentes a 20’), un 4.5% más que el año anterior si establecemos un comparativo por consiguiente el referido incremento ha dado paso a una mayor disponibilidad de espacio en los buques, reduciendo como efecto, la presión sobre las tarifas.
A esto se adhiere la incorporación de buques más eficientes y de mayor capacidad. Por ejemplo, la naviera Evergreen ha incorporado portacontenedores de 24,000 TEU como el EVER Alot por citar uno, los cuales permiten transportar más carga con menores costos unitarios. Esta tendencia hacia la optimización de la capacidad ha llevado a una competencia más intensa entre las navieras, lo que podría dar a lugar a una guerra de fletes.
- Alteraciones en la demanda global y en las rutas comerciales
Si bien la oferta de espacio ha aumentado, la demanda de transporte marítimo no ha crecido a la misma velocidad. Factores como el enfriamiento de la economía china, la disminución del consumo en EE.UU. y la reconfiguración de las cadenas de suministro están ejerciendo presión sobre la demanda de contenedores.
El nearshoring (producción cercana)y la relocalización de la producción han cambiado los flujos logísticos tradicionales. México, por ejemplo, ha visto un crecimiento en sus exportaciones hacia EE.UU., reduciendo la dependencia de las rutas transpacíficas. Este fenómeno ha impulsado la demanda de transporte terrestre y ferroviario en América del Norte.
- Impacto de los costos operativos y la digitalización
Otro aspecto clave es el aumento en los costos operativos para las navieras. La digitalización del sector ha permitido mejorar la eficiencia y reducir costos administrativos, pero también ha incrementado la necesidad de inversión en tecnologías de monitoreo, trazabilidad y automatización.
En adición, la modernización de los puertos ha incrementado la velocidad de carga y descarga, contribuyendo a la reducción de tiempos de espera y mejorando la eficiencia operativa. No obstante es de nuestro criterio que la adopción de estas tecnologías también implica costos adicionales que podrían impactar la estructura tarifaria en el futuro.
- Regulaciones ambientales.
Las nuevas normativas ambientales impuestas por la Organización Marítima Internacional (OMI) han generado incertidumbre en la industria. La regulación IMO 2023, que exige la reducción de emisiones de carbono en los buques, ha llevado a las navieras a invertir en tecnologías de reducción de emisiones y combustibles alternativos, como el gas natural licuado (GNL).
El sistema de comercio de emisiones (ETS) de la Unión Europea también ha comenzado a impactar los costos operativos. Se estima que, a medida que más regulaciones entren en vigor, los fletes podrían experimentar ajustes al alza para compensar estos costos por lo menos en un principio.
Perspectivas a corto y mediano plazo
A medida que avanza el año, podemos vislumbrar en el horizonte tres escenarios posibles para la evolución de los fletes marítimos:
- Escenario optimista: La oferta de buques sigue creciendo, mientras que la demanda global se mantiene estable o decrece. En este caso, los fletes continuarían a la baja, beneficiando a los importadores y exportadores.
- Escenario moderado: Factores como la recuperación del comercio mundial y la reactivación de la economía china estabilizan la demanda de transporte, generando una moderada recuperación de los fletes sin alcanzar niveles críticos.
- Escenario pesimista: Nuevas tensiones geopolíticas o restricciones regulatorias elevan los costos operativos, lo que llevaría a un repunte en las tarifas a finales de 2025.
En resumen, en lo adelante 2025 se perfila como un año de ajustes y cambios importantes en la industria del transporte marítimo. La sobrecapacidad de la flota y la reducción de la demanda han impulsado una estabilización de los fletes pero la incertidumbre persiste debido a factores exógenos como el desarrollo del comercio global, las medidas ambientales y los riesgos geopolíticos.
Para los comercializadores internacionales, este panorama ofrece oportunidades pero a su vez desafíos. Una reducción en las tarifas de flete mejora la competitividad de las empresas que dependen de la compra y venta internacional, sin embargo recomendamos a los actores de la cadena logística a adoptar estrategias de mitigación de riesgos.
La tendencia de las alianzas estratégicas entre navieras, la optimización de rutas y la adopción de tecnologías emergentes serán clave para garantizar la sostenibilidad del sector y a medida que la industria evoluciona, la adaptabilidad y la resiliencia serán esenciales para enfrentar los retos del futuro.