Los Ángeles, EE. UU. – El Puerto de Los Ángeles ha marcado un precedente en la transición energética global con la instalación de flotadores de Eco Wave Power, capaces de transformar el movimiento del oleaje en electricidad. Se trata de la primera planta undimotriz onshore en Estados Unidos, que podría escalar para abastecer a más de 60 000 hogares en los próximos años.
Actualmente, el proyecto cuenta con siete flotadores azules anclados al muelle, que suben y bajan al ritmo del mar. Ese movimiento se convierte en presión hidráulica dentro de contenedores equipados con turbinas, generando electricidad mediante fluidos biodegradables. La energía producida se canaliza a la red local como fuente limpia y estable.
Innovación con impacto
A diferencia de la energía solar o eólica, la del oleaje es más constante y predecible, lo que la convierte en un aliado estratégico para reforzar la seguridad energética de las ciudades costeras. Este piloto, respaldado por AltaSea –un hub de innovación oceánica– y con colaboración de Shell Marine Renewable Energy, busca validar la resistencia y eficiencia de la tecnología en condiciones marinas reales.
Con permisos de la Army Corps of Engineers, la planta operará bajo una licencia inicial de dos años, periodo en el cual se evaluará su desempeño. Si las pruebas son exitosas, la iniciativa podría expandirse a lo largo de 8 millas de rompeolas, transformando la costa angelina en una fuente renovable de gran escala.
El mar como sinfonía energética
Más que una prueba tecnológica, este proyecto simboliza un nuevo pacto entre ingeniería y naturaleza. Cada flotador funciona como una tecla en una sinfonía azul: el océano interpreta la partitura con cada ola, y la tecnología convierte ese ritmo en energía para las ciudades. Es un diálogo silencioso y continuo entre el mar y la sociedad, que ofrece electricidad sin humo, sin ruido y con mínimo impacto ambiental.
Proyección global
Eco Wave Power ya ha adelantado que este modelo puede replicarse en otros países con fuerte litoral, incluyendo Israel, India, Portugal y Taiwán. De tener éxito en Los Ángeles, la tecnología podría exportarse como una solución escalable y sostenible, posicionando a las costas no solo como puntos de comercio marítimo, sino también como generadores de energía limpia para el futuro.