Londres. – En un fenómeno que ha capturado la atención del mundo, el iceberg más grande y antiguo jamás documentado ha encallado en aguas poco profundas cerca de la isla británica de San Pedro, también conocida como Georgia del Sur.

Este coloso de hielo, que es dos veces mayor que la zona metropolitana de Londres, ha suscitado inquietudes sobre su posible impacto en los ecosistemas locales, que albergan a millones de pingüinos y focas.

La organización British Antarctic Survey ha emitido un comunicado a través del oceanógrafo Andrew Meijers, quien co-lidera un proyecto sobre el efecto de las capas de hielo en el océano. Meijers señala que si el iceberg, denominado A23a, «continúa estancado, no se espera que afecte de manera significativa la vida salvaje local de Georgia del Sur». Sin embargo, el futuro de este iceberg sigue siendo incierto y su posible descomposición podría tener repercusiones importantes.

El iceberg A23a, que tiene un grosor de 400 metros y pesa casi mil millones de toneladas, cubre una superficie de aproximadamente 3.600 kilómetros cuadrados, lo que plantea un posible riesgo para las embarcaciones pesqueras que operan en la zona.

Los pescadores ya han expresado su preocupación sobre la dificultad de navegar entre enormes bloques de hielo, lo que podría impactar también en la alimentación de los pingüinos locales, que dependen del acceso a recursos marinos.

Los científicos no descartan que el derretimiento del iceberg pueda, irónicamente, ofrecer una nueva vida al océano.

La profesora Nadine Johnston, del British Antarctic Survey, explica que el agua de derretimiento de los icebergs contiene enormes cantidades de nutrientes que, al liberarse, crearían una «explosión de vida» similar a «tirar una bomba de nutrientes en medio de un desierto vacío».