Hamburgo. – A orillas del Elba, donde la historia y la modernidad se abrazan, Hamburgo ha abierto oficialmente las puertas de su nuevo Cruise Center HafenCity, una terminal que no solo recibe barcos: recibe personas, historias, sueños.
Tras una fase de preapertura, el nuevo centro ya está en plena actividad. Con dos atracaderos de 345 y 230 metros, está preparado para acoger embarcaciones de todos los tamaños.
Ubicada en pleno HafenCity, la terminal cuenta con una estructura vertical de 10.300 m², distribuida en cuatro plantas: las dos inferiores pensadas para la comodidad de quienes llegan por tierra (taxis, coches, autobuses) y las dos superiores diseñadas para facilitar el tránsito fluido y acogedor de los pasajeros.
Apenas pisan tierra firme, los viajeros tienen Hamburgo a sus pies. En pocos minutos pueden caminar, tomar el metro o subirse a un autobús rumbo al casco histórico, los museos, los mercados o los cafés junto al puerto. La ciudad no se esconde: se abre con los brazos abiertos.
“Los pasajeros de cruceros pueden acceder directamente al corazón de nuestra ciudad a través del Cruise Center HafenCity. En tan solo unos minutos, pueden llegar al centro y a los lugares históricos en metro, autobús o a pie”, celebró el alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, durante la inauguración.
El alcalde también destacó cómo este nuevo centro representa un impulso para toda la ciudad, al atraer visitantes que dinamizan el comercio local, la cultura y la vida urbana.
“Gracias a la conexión a la red eléctrica en tierra, las estancias de los cruceros en Hamburgo son más limpias y respetuosas con el medio ambiente”, señaló.
Para Iris Scheel, directora general de Cruise Gate Hamburg (CGH), esta terminal representa algo más que una infraestructura.
“El enfoque de Hamburgo desafía la idea de que la infraestructura de cruceros debe relegarse a un segundo plano. Aquí mostramos cómo una integración urbana bien planificada puede generar valor real: para el sector, para la ciudad y, sobre todo, para las personas”, expresó.
Scheel recalcó que este proyecto solo fue posible gracias al trabajo conjunto con la comunidad, los líderes políticos y todos los que creyeron que era posible hacer algo distinto: construir un puerto que no solo reciba barcos, sino que dé la bienvenida con calidez y cercanía.
Hoy, Hamburgo no solo ofrece un lugar donde atracar, sino una ciudad para descubrir, caminar, saborear, y llevarse en el recuerdo.


