Hong Kong. – El Gobierno chino ha advertido que podría bloquear la venta de más de 40 puertos internacionales operados por CK Hutchison Holdings —conglomerado con sede en Hong Kong— si la naviera estatal China Cosco Shipping no es incluida como parte del acuerdo, según informó el diario Wall Street Journal, citando fuentes conocedoras del proceso.
La venta, anunciada inicialmente en marzo por CK Hutchison, contempla la cesión de su participación del 80% en el negocio portuario, que incluye 43 terminales en 23 países, a un consorcio liderado por BlackRock y la naviera suiza Mediterranean Shipping Company (MSC), propiedad de la familia Aponte.
El acuerdo está valorado en aproximadamente 22.800 millones de dólares, incluida la deuda.
Según el informe, funcionarios chinos han transmitido a BlackRock, MSC y Hutchison que si Cosco no obtiene una participación en la operación, Pekín tomaría medidas para bloquear la transacción, que ha sido objeto de escrutinio y críticas dentro de China desde que se conoció el interés de venta a un grupo liderado por actores no chinos.
Hasta el momento, ninguna de las empresas involucradas —CK Hutchison, MSC, BlackRock o Cosco— ha emitido comentarios públicos, mientras que las autoridades chinas no pudieron ser contactadas fuera del horario laboral, según informó Reuters.
Presión geopolítica y atención internacional
El acuerdo, además, ha llamado la atención de actores políticos clave, incluyendo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha expresado preocupaciones sobre la creciente influencia de China en torno a infraestructuras estratégicas como el Canal de Panamá, y llegó a calificar la operación como una «reclamación» china sobre rutas marítimas clave, tras conocer el anuncio de la venta.
CK Hutchison había confirmado en mayo que MSC es el principal inversor del grupo comprador, con interés en expandir su red logística global.
Sin embargo, el Wall Street Journal señala que BlackRock, MSC y Hutchison estarían abiertos a una participación de Cosco, aunque es probable que no se llegue a un acuerdo antes del 27 de julio, fecha límite establecida para la exclusividad de las conversaciones.
La operación subraya la creciente tensión entre intereses comerciales y geopolíticos en torno al control de infraestructuras portuarias a nivel global, en un momento de rivalidad estratégica creciente entre China, Estados Unidos y Europa en los sectores de transporte y logística.


