Santos, Brasil – En un anuncio histórico, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha despejado el camino para una ambiciosa obra de infraestructura que promete transformar la conectividad en el estado de San Pablo. Se trata de la licitación para la construcción de un túnel submarino que conectará la estratégica ciudad portuaria de Santos con el popular balneario de Guarujá.

La inversión estimada para esta monumental obra asciende a 5.960 millones de reales (aproximadamente 1.020 millones de dólares), y, una vez finalizada, se convertirá en el paso sumergido más grande de América Latina. Este túnel no solo facilitará el tránsito entre ambas ciudades, sino que también impulsará el comercio exterior brasileño al optimizar la logística portuaria.

En la actualidad, los residentes y visitantes tienen que depender de un sistema de balsas o realizar un extenso recorrido por carretera de 50 kilómetros, lo que puede demorar hasta una hora. Con el nuevo túnel, se espera que el tiempo de cruce se reduzca a tan solo dos minutos, permitiendo un flujo diario de más de 15.000 vehículos, incluidos camiones que transportan mercancías desde y hacia el puerto de Santos, el más grande de América Latina y una arteria vital para cerca de un tercio del comercio exterior brasileño.

Este proyecto no solo promete agilizar el transporte en la región, sino que también representa una inversión significativa en la infraestructura nacional, generando miles de empleos y fomentando el desarrollo económico local. Las autoridades esperan que la construcción del túnel comience a finales de este año y que su finalización se realice en un plazo de tres a cinco años.

Con esta iniciativa, Brasil da un paso decisivo hacia el futuro, mejorando la movilidad y estimulando el crecimiento del comercio en una de las áreas más dinámicas del país.