China ha dado un paso significativo en el desarrollo de energías renovables al convertirse en uno de los pocos países del mundo en dominar la tecnología de 100 megavatios de energía solar térmica. La construcción de una innovadora central de torre de sales fundidas en Dunhuang, Qinghai, ha sido completada con éxito, consolidando su liderazgo en este sector.
Este tipo de planta utiliza un sistema avanzado de sales fundidas para almacenar el calor del sol, permitiendo la generación de electricidad incluso durante la noche o en días nublados. Gracias a esta tecnología, se mejora la estabilidad y eficiencia del suministro energético, reduciendo la dependencia de fuentes fósiles.
Además, este avance refuerza el compromiso de China con la transición hacia energías limpias, impulsando la reducción de emisiones de carbono y contribuyendo al desarrollo sostenible a nivel global.