París, Francia – La 3.ª Cumbre de Acción sobre Inteligencia Artificial (IA) concluyó en Francia con la participación de más de 100 líderes globales, quienes buscaron establecer lineamientos comunes para el desarrollo ordenado y ético de esta tecnología. Como principal resultado, 61 países firmaron una declaración que promueve una IA abierta, inclusiva, transparente, ética, segura y confiable.
Sin embargo, Estados Unidos y el Reino Unido optaron por no suscribir el documento. El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, argumentó que una regulación excesiva podría frenar la innovación y afectar la competitividad económica del sector. Por su parte, el gobierno británico consideró que la declaración carecía de claridad en lo referente a la gobernanza global de la IA, lo que generó dudas sobre su aplicabilidad y eficacia.
En contraste, la Unión Europea anunció una inversión de 200.000 millones de euros, provenientes de fondos públicos y privados, con el objetivo de impulsar el desarrollo de la IA de manera regulada y alineada con valores éticos y sostenibles.
Durante la cumbre, también se abordaron temas importantes como la concentración del mercado en pocas empresas, la sostenibilidad medioambiental de la tecnología y la creación de una plataforma de desarrollo de IA. Asimismo, se planteó la colaboración con la Agencia Internacional de la Energía para evaluar el impacto energético de los sistemas de IA.
La negativa de Estados Unidos y el Reino Unido a firmar el acuerdo refleja las divergencias en la regulación de la IA a nivel global. Mientras algunos países buscan establecer normas más estrictas, otros priorizan la flexibilidad y el crecimiento del sector sin restricciones que puedan limitar la innovación. Esta situación deja en evidencia la falta de consenso internacional sobre cómo equilibrar el desarrollo tecnológico con la seguridad y ética necesarias para el futuro de la inteligencia artificial.