Con el trasfondo de un multimillonario cargamento de cerezas chilenas que no llegó a su destino a tiempo para el Año Nuevo chino, los exportadores enfrentan una compleja y multifacética trama legal tras la avería del buque «Maersk Saltoro». El incidente, que tuvo lugar el 13 de enero en alta mar, resultó en un retraso de 22 días que finalizó solo cuando el barco llegó al puerto de Nansha, China.
El «Maersk Saltoro» transportaba 1.353 contenedores, equivalentes a 24.000 toneladas de cerezas destinadas al vasto mercado chino. Sin embargo, al ser sometidos a inspección, varios de esos contenedores fueron encontrados con signos de pudrición y daños, lo que llevó a las autoridades locales a ordenar la destrucción de la fruta.
Este escenario trae consigo una serie de complicaciones para los exportadores, quienes ahora deben navegar por un mar de reclamos y procedimientos legales.
Rafael Durán, abogado especializado en comercio internacional y socio de Legal Export Abogados, comentó que, tras la destrucción de la carga, los exportadores tienen la posibilidad de emprender reclamaciones que podrían resultar en arbitrajes.
La situación se torna aún más intrincada, ya que varios actores estarán involucrados en determinar la responsabilidad por los daños, desde aseguradoras hasta operadores logísticos.
La buena noticia, según Durán, es que las perspectivas legales para los afectados podrían ser favorables. Con un proceso claro y el respaldo adecuado, los exportadores podrían lograr la compensación por las pérdidas ocasionadas.
Sin embargo, la incertidumbre que rodea el incidente subraya la importancia de contar con una planificación adecuada y clara en el comercio internacional, especialmente en sectores sensibles como el agroexportador.