Buenos Aires.- Luego del anuncio de la reducción de aranceles a la importación de celulares, el Gobierno nacional confirmó que no dará marcha atrás con la medida, y que además pondrá en discusión el régimen de promoción industrial vigente en Tierra del Fuego, en lo que representa un nuevo eje de tensión con autoridades provinciales y sindicatos.
Pese a las amenazas del gobernador Gustavo Melella de judicializar el decreto, fuentes del Poder Ejecutivo aseguraron que el proyecto avanza sin cambios y que la intención es abrir un debate integral sobre el esquema fiscal y productivo de la isla.
El decreto correspondiente se publicará mañana, según indicó un alto funcionario del oficialismo, quien agregó: “Es la medida más popular que podemos hacer”.
En paralelo, comenzaron a registrarse reacciones sindicales en la provincia.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) inició un paro por tiempo indeterminado, alertando sobre el impacto que estas medidas podrían tener sobre el empleo en las fábricas locales.
La organización no descarta una escalada del conflicto si el Gobierno no modifica su postura.
Durante la conferencia de prensa del martes, el vocero presidencial Manuel Adorni defendió la baja de aranceles a productos importados, en especial los celulares, argumentando que la situación actual resulta insostenible: “Es ridículo que haya gente que pague un avión y un hotel para comprar algo tan básico como un celular en otro país, y aun así le salga más barato que comprarlo en Argentina”, afirmó.
El régimen industrial de Tierra del Fuego, vigente desde 1972, otorga beneficios fiscales a empresas que se instalan en la isla, especialmente en sectores como electrónica, plásticos y textiles.
Sin embargo, el actual Gobierno sostiene que el costo fiscal es alto y el impacto en precios al consumidor, limitado, por lo que impulsa una revisión a fondo del modelo.