EE.UU.- Los efectos colaterales de la política arancelaria del presidente Donald Trump ya se hacen sentir con fuerza en los principales puertos estadounidenses, especialmente en Los Ángeles, el mayor del país, que ha visto reducir su actividad en hasta un 35% en la primera semana de mayo.
«Se podría oír caer un alfiler, es muy inusual», comentó Gene Seroka, director del puerto angelino, a la agencia AFP. Junto con su vecino Long Beach, este complejo portuario representa la mayor entrada de mercancías asiáticas a Estados Unidos, particularmente desde China, principal blanco de las medidas arancelarias impuestas durante el gobierno de Trump.
Los efectos colaterales de la política arancelaria del presidente Donald Trump ya se hacen sentir con fuerza en los principales puertos estadounidenses, especialmente en Los Ángeles, el mayor del país, que ha visto reducir su actividad en hasta un 35% en la primera semana de mayo.
«Se podría oír caer un alfiler, es muy inusual», comentó Gene Seroka, director del puerto angelino, a la agencia AFP. Junto con su vecino Long Beach, este complejo portuario representa la mayor entrada de mercancías asiáticas a Estados Unidos, particularmente desde China, principal blanco de las medidas arancelarias impuestas durante el gobierno de Trump.
Gene Seroka has helped lead the global supply chain rebound – Los Angeles Times
Ambos puertos han sido víctimas inmediatas de la escalada comercial, en medio de una economía que comienza a mostrar señales de desaceleración.
El descenso del 30% en las importaciones previsto para mayo en Long Beach y la cancelación de decenas de viajes marítimos marcan un cambio drástico en la operativa habitual de esta zona.