Santo Domingo, RD – La industria de la joyería en las zonas francas del país se destaca por la combinación creativa, talento y dedicación para crear piezas únicas que están conquistando mercados a nivel global.

Este esfuerzo y la pación, no solo genera empleo, sino que también impulsa la economía dominicana, continúa en un camino de crecimiento sostenido, posicionando a la joyería dominicana como un referente en el ámbito internacional.

Cada joya que es exportada representa el fruto del arduo esfuerzo y la pasión de un equipo de talentosos artesanos que cuidan cada detalle de su labor.

Desde el diseño hasta la fabricación, cada pieza es una obra de arte que refleja la rica cultura y el legado artesanal de la República Dominicana.

Las manufacturas localizadas en las zonas francas se benefician de incentivos fiscales y un entorno favorable para la producción, lo que ha permitido que los diseñadores y joyeros locales se enfrentan con éxito a la competencia global.

Este crecimiento no solo beneficia a quienes trabajan directamente en la industria, sino que también fomenta la industria de materiales y complementos, generando una cadena de valor que refuerza la economía local.

La Asociación de Joyeros de Zonas Francas de la República Dominicana ha jugado un papel fundamental en la promoción de la marca de la joyería nacional, facilitando la capacitación de personal y la adopción de nuevas tecnologías que permiten mejorar la calidad y la diversificación de la producción.