Caracas, Venezuela – Los pescadores en Venezuela atraviesan momentos especialmente difíciles, reflejo de una situación generalizada que afecta a millones de ciudadanos en el país.
La crisis económica, que ya se extiende por más de una década, ha entrado en una nueva fase crítica durante las últimas semanas, marcada por una drástica pérdida del poder adquisitivo y señales claras de una recesión inminente.
Este escenario ha tenido un fuerte impacto en comunidades costeras cuya subsistencia depende directamente de la pesca artesanal y la actividad comercial vinculada a los recursos marinos.
La inflación sostenida, el incremento en los costos de operación —como combustible, repuestos y mantenimiento de embarcaciones— y la caída del consumo interno han golpeado con fuerza al sector pesquero.
Ante esta coyuntura, el presidente Nicolás Maduro decretó la semana pasada una “emergencia económica”, reconociendo la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas urgentes para frenar el deterioro.
Sin embargo, representantes del sector pesquero afirman que aún no se han recibido respuestas concretas que alivien las condiciones que enfrentan miles de trabajadores del mar.
Organizaciones comunitarias y líderes locales advierten sobre el riesgo de que muchas familias abandonen la actividad pesquera ante la falta de ingresos sostenibles, lo cual podría agudizar los problemas sociales y alimentarios en las zonas más vulnerables del país.
Las comunidades esperan que esta nueva fase de la crisis impulse acciones efectivas por parte del Estado que consideren las particularidades del sector y permitan proteger uno de los pilares tradicionales de la economía local.
Pescadores venezolanos enfrentan agravamiento de la crisis económica
