San Pedro Bay, California. – El impacto de los nuevos aranceles comerciales comienza a sentirse en el complejo portuario de San Pedro Bay, donde se ubican los puertos de Long Beach y Los Ángeles, dos de los principales puntos de entrada de mercancías en Estados Unidos.

Según el director ejecutivo del Puerto de Long Beach, Mario Cordero, la actividad ha disminuido drásticamente.

“Esta semana esperábamos 17 buques, pero ahora en la mañana me dicen que solo tenemos tres”, informó, señalando un cambio abrupto en la dinámica habitual del puerto.

Entre el 4 y el 10 de mayo, se registró una caída del 40 % en la llegada de contenedores con mercancía, lo que ha generado preocupación entre trabajadores portuarios, transportistas y pequeños comercios de la zona.

Helena Andrade, conductora de camión cuya familia depende del flujo portuario, expresó: “Si los barcos no van a estar viniendo, no va a haber ninguna carga. No va a haber ningún trabajo para nosotros. Vamos a perder nuestros trabajos”.

La repercusión se extiende también al comercio local. Rafael Arias, trabajador del restaurante Berth 55 Seafood, ubicado cerca del puerto, señaló una drástica reducción en la clientela: “Se ha afectado bastante, ya no viene mucha gente como venía antes.

Aunque los aranceles entraron en vigor en abril, apenas se está viendo el impacto real”.

El complejo portuario de San Pedro Bay es considerado una columna vertebral del comercio internacional estadounidense, y cualquier interrupción en su flujo afecta a múltiples sectores económicos, desde el transporte y la logística, hasta el comercio minorista y la restauración.