PEKÍN. – En medio de un aumento de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el gobierno chino ha reiterado su oposición a los aranceles adicionales que Washington planea implementar a partir de este martes.

Lin Jian, portavoz del Ministerio de Exteriores de China, afirmó en una rueda de prensa que su país tomará «todas las medidas necesarias» para salvaguardar sus intereses, dejando entrever posibles represalias que podrían afectar a importantes sectores comerciales, como el agrícola.

China ha acusado a Estados Unidos de «politizar los asuntos económicos y comerciales» y ha resaltado que, en una guerra comercial, «no hay ganadores». Este intercambio de acusaciones plantea importantes cuestiones sobre las cadenas de suministro y la logística global, que se verán indudablemente afectadas por cualquier decisión que ambos países tomen en el corto plazo.

Los analistas advierten que un incremento en los aranceles podría hacer que las empresas estadounidenses busquen alternativas logísticas más eficientes y adaptativas para minimizar el impacto en sus costos de producción.

Esto podría incluir la diversificación de proveedores y la búsqueda de mercados emergentes en lugar de depender de los volátiles flujos comerciales con China.

En este contexto, las empresas de logística y transporte en ambos países también se preparan para un posible cambio en la demanda de servicios.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca las repercusiones de estas tensiones comerciales, conscientes de que el desenlace de este conflicto podría tener efectos duraderos en el comercio global y en la forma en que las naciones gestionan sus relaciones económicas en un mundo interconectado.