Yangon, Birmania – Un potente terremoto de magnitud 7.7, seguido minutos después por otro de 6.4, ha sacudido el noroeste de Birmania, desencadenando graves daños en la infraestructura del país. Entre las consecuencias más dramáticas se encuentra el colapso de un puente esencial para la comunicación en el país, lo que interrumpe severamente el transporte y el acceso a ayuda humanitaria.

Marie Manrique, coordinadora de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), informó sobre la situación en una teleconferencia desde Yangon, la ciudad más grande de Birmania.

La coordinadora subrayó que los daños no se limitan a estructuras visibles como edificios con grietas y fisuras, sino que también incluyen importantes edificaciones públicas y caminos que han sucumbido ante la fuerza de los temblores.

Las autoridades locales y organizaciones humanitarias están trabajando contrarreloj para evaluar la situación y brindar asistencia a las comunidades afectadas. Sin embargo, la inestabilidad de las estructuras y la preocupación por el posible daño en una presa cercana complican aún más las labores de rescate y atención.

Manrique hizo un llamado a la comunidad internacional para que se una en esfuerzos humanitarios, destacando que muchas familias han perdido sus hogares y necesitan ayuda urgente.

La situación sigue siendo crítica, y la Cruz Roja se prepara para responder a las necesidades inmediatas de los afectados por esta catástrofe natural.