Santo Domingo, R.D. – A orillas del río Ozama, donde nació la ciudad más antigua del Nuevo Mundo, se alza una de las platea históricas y logísticas más importantes de la República Dominicana: el Puerto de Santo Domingo.
Conocido también como Puerto Sans Souci, este emblemático puerto combina el peso de cinco siglos de historia con una operación portuaria moderna que continúa evolucionando para responder a las demandas del comercio, el turismo y la conectividad internacional.
La historia del Puerto de Santo Domingo se remonta al año 1514, durante el gobierno de Diego Colón, hijo del almirante Cristóbal Colón.
Fue en esa época cuando se construyó, en piedra dura y con bóveda alta, el edificio de aduanas a orillas del río Ozama, en lo que hoy es conocido como La Atarazana.
Este edificio sigue en pie como uno de los tesoros arquitectónicos de la ciudad colonial, y es único en su tipo en toda Hispanoamérica.
Desde entonces, el puerto ha sido un punto de entrada estratégico para bienes, personas e ideas, sirviendo como nexo entre Europa y el continente americano en los primeros siglos de colonización.
Infraestructura y operaciones actuales
Hoy, el Puerto de Santo Domingo mantiene su importancia como centro neurálgico de operaciones marítimas en la costa sur del país.
Cuenta con tres terminales principales: Sans Souci, Don Diego y Santo Domingo, que en conjunto le permiten manejar operaciones tanto comerciales como turísticas.
La infraestructura portuaria incluye: 1,854 metros de línea de atraque, 10 muelles, y una capacidad de almacenaje de más de 180,000 metros cuadrados.
En 2022, el puerto registró 472 operaciones portuarias, demostrando su capacidad y versatilidad para atender tanto al creciente sector logístico como a la industria de cruceros, que ha ganado fuerza en los últimos años.

Un puerto turístico en el corazón de la ciudad
Una de las ventajas competitivas del Puerto de Santo Domingo es su ubicación privilegiada: está inserto en pleno centro histórico de la capital dominicana, a pocos pasos de la Zona Colonial, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esto lo convierte en una terminal ideal para cruceros, donde los visitantes pueden desembarcar y sumergirse directamente en la historia y cultura local.
Las terminales Don Diego y Sans Souci han sido acondicionadas para ofrecer servicios de calidad a los cruceristas, con modernas instalaciones y una atención que apunta al fortalecimiento del turismo urbano.
Esta cercanía entre puerto y ciudad lo distingue de otros puertos del Caribe.
Conectividad y proyección futura
Además de su rol en el turismo y la historia, el Puerto de Santo Domingo mantiene una función estratégica en el comercio nacional, facilitando la importación y exportación de mercancías, así como su redistribución hacia otros puntos del país.
En un contexto de creciente interés por los corredores logísticos y la intermodalidad en el transporte, las autoridades portuarias y gubernamentales han señalado planes para seguir modernizando el puerto, integrarlo mejor con el sistema logístico nacional y fomentar la inversión privada en sus instalaciones.
El Puerto de Santo Domingo no es solo un conjunto de muelles y almacenes, es una ventana al pasado, testigo de la llegada de expediciones, mercancías coloniales y transformaciones urbanas; pero también es una plataforma del futuro, lista para responder a las exigencias del comercio global y el turismo internacional.
Desde La Atarazana colonial hasta las modernas terminales de cruceros, este puerto simboliza la capacidad de una nación de honrar su historia mientras traza con visión su rumbo hacia el desarrollo.


