Moscú, Rusia. –El Gobierno ruso advirtió este martes que la nueva propuesta de la Comisión Europea para reducir el tope al precio del crudo ruso, actualmente fijado en 60 dólares por barril, no contribuirá a estabilizar los mercados energéticos globales.
La propuesta, que busca rebajar el límite a 45 dólares por barril, será discutida durante la próxima reunión del Grupo de los Siete (G7) en Canadá.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, calificó la iniciativa como parte de un paquete de sanciones «ilegales» por parte de Occidente, asegurando que Rusia ya ha desarrollado mecanismos para mitigar los impactos de este tipo de restricciones.
“Tales acciones no contribuyen a la estabilización de los mercados energéticos internacionales ni del mercado petrolero”, declaró Peskov durante una conferencia telefónica con medios.
“Rusia ha adquirido experiencia útil para minimizar las consecuencias negativas de estas decisiones”, añadió.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmó que el tema será parte de la agenda del G7, en un intento por debilitar los ingresos energéticos que financian la ofensiva militar rusa en Ucrania.
Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (Finlandia), China absorbió el 47% de las exportaciones de crudo ruso hasta finales de abril, seguida de India con el 38%, mientras que la Unión Europea y Turquía recibieron un 6% cada una.
A pesar de las sanciones, el precio del crudo ruso de los Urales se ha mantenido por debajo del umbral de 60 dólares desde abril, lo que ha incentivado a compañías navieras, principalmente de Grecia, a reanudar sus operaciones con petróleo ruso.
Esto ha ampliado la oferta de transporte marítimo y reducido las tarifas de flete.
Sin embargo, el centro de estudios finlandés advirtió recientemente que la falta de vigilancia efectiva y el repunte del precio internacional del petróleo han generado mayores ingresos de exportación para Rusia, facilitando el financiamiento de su guerra contra Ucrania.


