La Paz. – En respuesta a los recientes problemas logísticos registrados en el puerto chileno de Arica, el Gobierno boliviano anunció la reorientación de las operaciones de descarga de combustibles hacia el puerto de Mollendo, en Perú, donde se prevé el desembarco de 40 millones de litros de diésel, como parte de un plan de contingencia para garantizar el suministro en el país.

El anuncio fue realizado por el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo, en conferencia de prensa junto a ejecutivos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

La autoridad explicó que, además de las gestiones diplomáticas, se han puesto en marcha operativo logísticos complementarios para normalizar el abastecimiento, tras una situación irregular que generó largas filas y preocupación en la población.

Paralelamente, se están incrementando los volúmenes de ingreso de carburantes por el suroriente boliviano y desde la planta de Mejillones (Chile), mediante operaciones conjuntas con la empresa Copec.

El objetivo es reponer rápidamente los stocks y reducir el tiempo de espera en estaciones de servicio.

“Tenemos los recursos, el combustible y el compromiso de nuestro equipo para garantizar el abastecimiento. Pedimos calma a la población, ya que los volúmenes están aumentando y las entregas continúan”, afirmó Gallardo.

Oleajes en Arica afectan logística

El ministro también informó que las condiciones meteorológicas en el puerto de Arica han impedido la descarga de seis buques tanque, que transportan un total de 149 millones de litros de combustibles, entre gasolina, diésel oil y petróleo crudo. Las marejadas con olas de hasta seis metros han limitado las operaciones en la terminal operada por YPFB en esa zona.

Mientras tanto, otro buque se encuentra a la espera de autorización para descargar gasolina en la Terminal Sica Sica de Arica, sujeta a monitoreo climático diario.

Control y prevención del acaparamiento

El Gobierno ha desplegado un operativo de control conjunto con la Policía y las Fuerzas Armadas en trancas y puntos de venta de combustibles, con el fin de prevenir el transporte irregular, el acaparamiento y la especulación.

También se instó a la ciudadanía a evitar el consumo anticipado, ya que esto genera presión innecesaria sobre la demanda.