Ciudad de México. – El sector del transporte en México es responsable del 34% de las emisiones energéticas del país, destacando que más de la mitad de estas provienen del movimiento de carga y la última milla.
Esta situación coloca al país ante un reto ambiental y competitivo significativo, especialmente en un contexto global donde reguladores, compradores y la banca penalizan los envíos con alta huella de carbono.
A partir de enero de 2025, México implementó la normativa Euro VI, obligatoria para todos los vehículos de carga.
Esta regulación exige la adopción de tecnologías avanzadas que limiten la emisión de contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas, fundamentales para mejorar la calidad del aire y la salud pública.
La Ensambladora Latinoamericana de Motores (ELAM – FAW) destaca que la adopción de camiones con motores Euro VI no solo responde a una necesidad ambiental urgente, sino que también representa una inversión estratégica para la competitividad.
Además, empresas como Total Protect, especializada en soluciones tecnológicas para el transporte, han implementado servicios de telemetría que han permitido a sus clientes reducir hasta un 15% en el consumo de combustible, optimizando rutas y reduciendo emisiones de carbono.
Estas acciones no solo contribuyen al cuidado del medio ambiente, sino que también mejoran la eficiencia operativa y la seguridad en las rutas.
En este contexto, el año 2025 se perfila como un punto de inflexión para las cadenas de suministro latinoamericanas.
Las empresas deberán demostrar reducciones visibles en sus emisiones para mantener contratos y diferenciarse en licitaciones impulsadas por criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). La sostenibilidad se ha convertido en un factor clave para la competitividad en el mercado global.
México enfrenta desafío climático y en el transporte de carga
