Buenos Aires, Argentina. – Una colisión registrada el pasado 7 de junio entre un buque de carga y dos ballenas francas australes en el Puerto de Quequén, en la Provincia de Buenos Aires, encendió las alarmas del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), que manifestó su profunda preocupación por los riesgos crecientes que enfrenta esta especie marina protegida.
Según indicó la organización civil sin fines de lucro, imágenes captadas por drones y difundidas en redes sociales muestran el momento en que el buque Defender, en maniobra de salida del puerto, colisiona con los cetáceos que se encontraban en superficie, siendo parte de un grupo de al menos cuatro individuos que permanecían activos en la zona desde horas antes.
“Este evento pone de manifiesto los riesgos crecientes que enfrenta la ballena franca austral, declarada Monumento Natural Nacional, en áreas de alto tránsito marítimo y resalta la urgente necesidad de reforzar las medidas de prevención y protección”, señaló el ICB en un comunicado.
El incidente se produjo alrededor de las 13 horas, mientras la nave transitaba por el canal de acceso al recinto portuario, cumpliendo, según el ICB, con los límites de velocidad establecidos por los protocolos.
No obstante, el Instituto subrayó que diversas embarcaciones —incluida una lancha de práctico y una unidad de la Prefectura Naval Argentina— ya habían detectado previamente la presencia del grupo de ballenas en la zona, incluso tomando imágenes y navegando entre ellas.
El investigador del ICB, Luciano Valenzuela, testigo presencial del hecho, remarcó:
“El hecho de que muchas horas antes del accidente se tuviese conocimiento de la presencia de las ballenas, su posición y comportamiento, hace que reflexionemos sobre qué pasos del protocolo de navegación segura y controlada fallaron en este caso particular”.
“Incidentes como este no pueden repetirse. Es vital que las tareas de monitoreo y comunicación entre las autoridades portuarias y los buques sean efectivas”, agregó Valenzuela.
El ICB hizo un llamado a las autoridades y actores del ámbito marítimo a establecer sistemas de alerta básicos que permitan advertir a los capitanes sobre la presencia de ballenas en las rutas de navegación y aplicar maniobras de disuasión activas —como el uso coordinado de embarcaciones de práctico o de Prefectura— para alejar a los animales de las zonas de tránsito.
“La ballena franca austral utiliza las aguas costeras argentinas como áreas de cría y reproducción, por lo que su cercanía a zonas portuarias implica una mayor exposición a amenazas humanas, entre ellas las colisiones con embarcaciones. Este lamentable incidente debe servir como alerta y motor de acción”, concluyó el ICB.